LA CASTILLA REMOTA.LA PROFUNDA.
A 900 m de altitud el clima se extrema los habitantes se endurecen y la tierra justo produce para que los mas fuertes sobrevivan, sin lujos ni esnobismos, con la elegancia del sobreviviente que todo lo valora y nada hace gratuito. La chimenea al atardecer es nuestro centro obligado, donde contar los apuros del día consumido y reconfortar las fuerzas agotadas. Valoramos la comida tanto como el descanso y la buena conversación porque somos creadores responsables de nuestro entorno. Seguimos en el desierto del Duero, jardín de aislamiento de prisas e intereses, demasiado lejos del Atlántico, de donde nos llego la civilización rio arriba. En los primeros tiempos de la civilización , nuestros Pastores decoraron esta mágica geografía con teatrales escenarios grabados y pintados en recónditas vegas. Las ocupaciones Romana y Musulmana nos usaron de frontera y fortalecieron nuestras defensas naturales dejando atrás multitud de Atalayas y fortalezas. Siempre bajamos de las montañas con los zurrones vacios, hambrientos y cansados, prestos a voltear las ruinas del pasado. Estamos orgullosos de nuestros intrépidos antecesores y queremos ser dignos sucesores de su memoria y de sus hazañas. Hoy todo se cubre con un velo de abandono, de ruina y de silencio. Solo los animales rasgan el silencio de la tarde y saludan con estridencia la mañana. Y despiertan nuestro espíritu adormecido, invitándonos a vivir en la Naturaleza, lecho entretejido de esencias, que esperan nuestro paso casual para transformarse en la mas pura ilusión ,la del hombre al que inspiran.
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