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tainadegormaz

ABRIGOS DE TORREVICENTE

ABRIGOS DE TORREVICENTE

 

La tarde del sábado gris se rompe con la nieve y en un acto temerario del s.xxi acudimos a pasear por los huertos arruinados de Torrevicente. Descendemos con la corriente hasta encontrar abrigos húmedos y poco profundos decorados con testimonios culturales de otros tiempos. Allí frecuentan las cruces templarías hechas con oxido de hierro, tan frecuente en la región, de grandes dimensiones y perfectamente reproducidas. Una fuente mana entre las peñas y el silencio que solo la nieve sabe producir domina el valle. Tras la peña coronada con Torre-Palomar se encuentran los abrigos mas amplios. Tres en línea de amplitud variable, pudiendo acoger cada uno 400 ovejas, recrecidos con pared de entrada y puerta de acceso, construidas con clara intencionalidad de albergue ganadero. La que discurre bajo el camino de Bañuelos, además de ser la mas amplia y mejor acondicionada para  posible uso humano, presenta un corredor que de bajo pasa a ser angosto, después de abrir en el centro del recorrido un pequeño camarín, acabando en una cámara amplia donde el agua mana en cascada a la izquierda de la entrada y discurriendo por el centro, donde ha formado canal, choca contra la pared formando un remanso , un lago que filtrara las aguas lentamente, una bolsa de contención que una vez apresada es embebida  por el lodo que compone todo el conjunto del corredor y nos habla de las funcionamientos de reserva geológicos. Los grafitis de esta cueva están realizados sobre la capa de barro, en época estival y con los años el agua remansada sobre su superficie los va dando relieve. Cuando salimos de la cueva nevaba y el coche esta frio, el parabrisas no da abasto con la cantidad de nieve que se amontona  cerrando el arco de visión, las luces se reflejan en la nieve, con lo que consigues ir bien iluminado pero no ver la carretera que se ha escondido bajo la capa de nieve. El llegar a  Nograles supuso un alivio para las funciones humanas, creo que incluso vimos Recuerda como si de una estrella se tratase. Torrevicente, tierra de templarios, de soldados, Castil de Galib,  control de paso natural por estos valles, hoy abandonado al perder esa función estratégica de servicio en la sierra, al haber tomado las nuevas carreteras otros derroteros.

 

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