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DE LOS PAPELES DE ALGUIEN QUE TODAVIA VIVE. SOBRE EL CONCEPTO DE IRONIA. SOREN KIERKEGAARD.

 

 Puesto que la ironia es una determinacion de la subjetividad, enseguida se advierte la necesidad de que haya dos manifestaciones de este concepto,las cuales cuentan asimismo con una denominacion en la realidad. La primera es aquella en la que la subjetividad impuso sus derechos por primera vez en la historia universal. Ahi lo tenemos en Socrates, es decir, ahi se nos indica donde ir a buscar el concepto en su manifestacion historica. Sin enbargo una vez que ha hecho su aparicion en el mundo, la subjetividad no vuelve a desaparecer sin dejar rastros, el mundo no vuelve a sumirse en la forma previa de la evolucion, sino que lo antiguo desaparece y todo es nuevo. Si ha de darse, entonces,una nueva forma de manifestacion de la ironia, sera en la medida que la subjetividad se imponga segun una forma aun mas elevada. Debe tratarse de una segunda potencia de la subjetividad, una subjetividad de la subjetividad correspondiente a una reflexion de la reflexion...Pero dado que esa posicion consiste en una conciencia subjetivamente potenciada, resulta que esta posee una conciencia clara y definida de la ironia, que la ironia es explicitamente su posicion.
 Hubo un tiempo, y de esto no hace mucho, en el que tambien aqui podia arreglarselas con un poco de ironia; eso solo colmaba todas las carencias de otro orden y hacia que uno se ganara el respeto de todo el mundo; le daba a uno la fama de culto, de saber apreciar la vida, comprender el mundo, marcandolo como miembro de una vasta francmasoneria espiritual a los ojos de los iniciados. Aun hoy puede uno toparse con algun que otro representante de ese tiempo ya pasado, alguien que conserva todavia aquella fina y expresiva sonrisa, ambiguamente reveladora de tantas cosas, aquel espiritual tono campechano con el que hizo fortuna en su juventud y sobre el que habia construido todo su futuro con la esperanza de dominar el mundo. Pero ! ay, cuanta desilusion! Su vigilante mirada busca en vano un alma gemela, y si no fuera porque algunos recuerdan todavia con nitidez sus dias de explendor, las gesticulaciones de su rostro serian un enigmatico jeroglifico para sus contemporaneos, entre los que vive como extrangero y como huesped. Nuestro tiempo exige mas; a falta de altura, exige un pathos altisonante, exige resultados a falta de especulacion, convincion a falta de verdad, garantias de nobleza a falta de nobleza, minuciosidad de sentimientos a falta de sentimientos. Por eso forja una clase muy diferente de fisonomias privilegiadas. No permite que la boca insista en cerrarse o que el labio superior se agite con alegria; exige que la boca este abierta , pues ¿ como podria uno imaginarse un verdadero y autentico patriota que no hablase, o el dogmatico rostro de un profundo pensador que no tuviese una boca capaz de tragarse el mundo entero, o un virtuoso de la viviente cornucopia de la palabra que no inflase su boca?
Aborrece el aislamiento; ¿ como podria tolerar entonces que un hombre tuviese la desesperada idea de andar solo por la vida, en una epoca en la que todos, mano a mano y hombro a hombro (como obreros y soldados que van de viaje), viven para la idea de la comunidad?.
...Cuando hablo, el pensar, lo pensado es la esencia, y la palabra es el fenomeno. Estos dos momentos son absolutamente necesarios, y en este sentido Platon observaba que todo pensar es un hablar. Ahora bien, la verdad exige la identidad; pues si tuviesemos pensamiento sin tener palabra, no tendriamos tampoco pensamiento, y si tuviesemos palabra sin tener pensamiento, no tendriamos tampoco la palabra, asi como tampoco puede decirse que los niños o los locos hablen. Si tomo, por otro lado, al sujeto hablante, tengo tambien una determinacion comun a toda ironia, a saber, que el sujeto es negativamente libre.A esto se aplica el antiguo verso: tan pronto como se la emite, la palabra vuela, irrevocable. Estoy atado incluso con respecto a mi mismo, y no puedo librarme de ello en el momento que quiera. Si, en cambio, lo dicho no es lo que pienso o es lo contrario de lo que pienso, en este caso soy libre de los demas y de mi mismo.
 La figura de discurso ironica, sin embargo, se suprime a si misma en cuanto el hablante presupone que los oyentes lo entienden, de modo que, pasando por la negacion del fenomeno inmediato, la esencia sigue siendo identica al fenomeno. Si a menudo sucede que esa clase de discurso ironico es malinterpretado, esto no es por culpa del hablante, salvo por el hecho de haberse metido con un personaje tan intrigante como la ironia, que gusta de hacer bromas tanto a amigos como a enemigos. Tambien se dice respecto de tal giro ironico en el discurso: no se toma la seriedad en serio. La frase es tan seria que asusta, pero el oyente consciente ha sido iniciado en el misterio que encierra. Y precisamente por eso la ironia vuelve a ser suprimida. La forma mas comun de la ironia consiste en decir seriamente algo que, sin embargo, no es pensado como algo serio. La otra forma, que lo que es pensado como algo serio sea dicho en broma, bromeando, se da con menos frecuencia. Pero, como deciamos, la figura de discurso ironica se suprime a si misma, es como un acertijo cuya solucion se da en el mismo instante. Con todo, la figura de discurso ironica tiene una propiedad que es caracteristica de toda ironia, una cierta superioridad derivada del hecho de que, si bien quiere que se la entienda, no quiere que se la entienda literalmente; lo cual hace que esa figura, como si dijeramos, mire con desprecio al discurso liso y llano que todo el mundo puede entender en el acto; es como si fuese alguien distinguido que viaja de incognito, y que desde ese elevado puesto mira con desden al pedreste discurso corriente. En el trato cotidiano la figura ironica de discurso se da especialmente en los circulos mas altos como una prerogativa perteneciente a la misma categoria que el buen tono, que exige que se sonria ante la inocencia y que la virtud sea vista como estrechez pese a que, en alguna medida se cree en ella.
 Asi como en los circulos mas altos tanto como los reyes y principes hablan frances, se habla ahora de manera ironica para que la gente comun no entienda, asi tambien la ironia se empeña en aislarse, no desea que se la entienda de manera ordinaria. Aqui por tanto la ironia no se suprime a si misma. Esta es una forma subordinada de la vanidad ironica, que busca testigos a fin de convencerse y cerciorarse respecto de si misma; y no es sino una incoherencia, algo que la ironia tiene en comun con toda posicion negativa, que aquello que es segun su concepto aislamiento quiera constituir sociedad y que no pudiendo ascender a la idea de comunidad, quiera realizarse en conventiculos. POr eso mismo hay tan poca camaraderia en una congregacion de ironistas como de verdadera lealtad en una republica de ladrones. Pero si dejando al lado el aspecto segun el cual la ironia se abre a la complicidad, la consideramos en su relacion con los no iniciados,en relacion con aquellos contra los que su polemica esta dirigida, en relacion con la existencia que concibe de manera ironica, en ese caso suele expresarse de dos maneras, a saber: o bien el ironista se identifica con la aberracion que quiere combatir, o bien se coloca en una relacion de oposicion con respecto a la misma, siendo siempre, naturalmente, consciente de que su apariencia es lo opuesto a aquello a lo que el mismo se atiene con firmeza, y goza satisfecho de esa disrelacion.
 Si retomamos la caracterizacion general de la ironia como negatividad infinita y absoluta la ironia no se vuelve contra este o aquel fenomeno, contra algo existente en particular, sino que toda la existencia se ha vuelto extraña para el sujeto ironico, y este a su vez extraño a la existencia, y que, habiendo la realidad perdido para el su validez, se ha vuelto el mismo en cierta manera irreal. El termino realidad debe ser tomado aqui, sin embargo, ante todo en el sentido de realidad historica, es decir, la realidad dada en un cierto tiempo y bajo ciertas circunstancias. A los individuos, en una epoca determinada, se les brinda una realidad dada que no estan en condiciones de rechazar, pues la evolucion universal conduce a quien esta dispuesto a acompañarla y arrastra consigo a quien no lo esta. La contradiccion en medio de la cual se abre paso la evolucion universal La realidad dada en un cierto tiempo es valida para la generacion y los individuos de esa generacion y, sin embargo, no puede decirse que la evolucion ha terminado, esa realidad debe ser desplazada por otra realidad, y esto debe suceder por medio de los individuos y de la generacion. Asi, para la generacion contemporanea a la reforma, el catolicismo era la realidad dada, pero esta era tambien la realidad que ya no tenia validez como tal. Alli, por tanto, una realidad colisiona con otra realidad. En esto reside la profunda tragicidad de la historia universal. Un individuo puede estar perfectamente justificado e inhabilitado en sentido historico universal. En la medida de que es ultimo, debe llegar a ser una victima; en la medida en que es primero debe prevalecer, es decir, prevalecer en tanto que llega a ser una victima En ello vemos la coherencia  que la evolucion universal posee en si misma, pues sigue prestando atencion a la realidad pasada incluso cuando ha de surgir la realidad mas verdadera; no es una revolucion sino una evolucion;  la realidad pasada resulta todavia estar justificada en cuanto exige una victima, y la realidad nueva en la medida en que ofrece una victima. Puesto que surge lo nuevo nos encontramos con el individuo profetico, que divisa lo nuevo a lo lejos, en oscuros e indefinidos contornos. El individuo profetico no posee lo futuro, sino que solo lo presiente. No puede hacerlo valer, pero a la vez esta perdido para la realidad a la que pertenece. Su relacion con esta es una relacion pacifica, pues la realidad dada no sufre oposicion alguna. Luego viene el heroe tragico propiamente dicho. Este lucha por lo nuevo, se esfuerza por aniquilar aquello que considera caduco, si bien su tarea no es tanto la de aniquilar, sino la de hacer valer lo nuevo, y de ese modo aniquilar indirectamente lo pasado. Pero, por otro lado, es preciso que lo antiguo sea desplazado, es preciso que lo antiguo se muestre en toda su imperfeccion. Aqui es donde nos encontramos con el sujeto ironico. Para el sujeto ironico la realidad dada ha perdido completamente su validez, ha llegado a ser para el una forma imperfecta que, sobre todo, estorba. Pero por otro lado no posee lo nuevo.Lo unico que sabe es que lo presente no responde a la idea. Y el es quien debe abrir juicio. El ironista es profetico en algun sentido, pues esta siempre apuntando a algo futuro, pero no sabe que es. Es profetico, pero su postura y su situacon son opuestas a las del profeta. El profeta va a la par de sus contemporaneos, y desde esa situacion divisa lo que vendra.El profeta esta perdido para sus contemporaneos, pero esto es porque esta absorto en sus visiones. El ironista, en cambio, se ha salido de las filas de la contemporalidad y los ha hecho frente. Lo que vendra esta oculto para el, esta a sus espaldas, pero la realidad de la que se ha hecho enemigo es aquello que ha de aniquilar, y a ella dirige su fulminante mirada. El ironista es tambien una victima que la evolucion universal reclama, no porque el ironista necesite siempre ser tomado como victima, en sentido estricto, sino porque lo consume el celo de servir al espiritu universal.
 He ahi, pues, la ironia en tanto negatividad infinita y absoluta. Es negatividad puesto que solo niega; es infinita puesto que no niega este o aquel fenomeno; es absoluta , pues aquello en virtud de lo que niega es algo superior que, sin embargo, no es. La ironia no establece nada, pues aquello que debe ser establecido esta detras de ella. Es una locura divina que brama y que no deja que quede piedra sobre piedra.
 La ironia es una determinacion de la subjetividad. En la ironia el sujeto es negativamente libre, pues falta la realidad que le proveeria un contenido; el sujeto es libre de las ataduras con las que la realidad dada retiene al sujeto pero es negativamente libre, y como tal, puesto que como no hay nada que lo retenga, queda suspendido.  Pero es esa libertad, ese estar suspendido el que da al ironista  un cierto entusiasmo, pues es como si se embriagase en la infinitud de las posibilidades, pues en caso de necesitar consuelo frente a tanta ruina puede refugiarse en la enorme reserva de la posibilidad. Pero no se entrega a ese entusiasmo, sino que este solo inspira y alimenta en el el entusiasmo de la aniquilacion. Dado que el ironista no tiene en su poder lo nuevo, cabe preguntar , no obstante, conque aniquila lo antiguo; aniquila la realidad dada mediante la realidad dada misma; pero debe recordarse tambien que el nuevo principio esta presente en el como posibilidad. Claro que al aniquilar la realidad mediante la realidad misma, se pone al servicio de la ironia del mundo.
 Pero la realidad es tambien, para el individuo, una tarea que hay que realizar. Cabria pensar que en este aspecto la ironia resultaria beneficiosa.; cabria pensar que la ironia, puesto que habia sobrepasado toda realidad dada, tenia algo bueno para colocar en lugar de aquello. Pero esto no es el caso en modo alguno, pues asi como la ironia consigue vencer la realidad historica poniendola en suspenso, tambien la ironia, como contrapartida, ha quedado en suspenso. Su realidad es mera posibilidad. Para que el individuo actuante, en efecto, sea capaz de cumplir con su tarea y de dar realidad a lo real, debe sentirse inserto en un contexto mayor, debe tomarse en serio su responsabilidad, consentir y respetar cada consecuencia racional. La ironia cuenta con la libertad para hacerlo. Se sabe en posesion del poder de comenzar de cero cuando le parezca, no hay nada previo que le ate a lo previo; y asi como,en sentido teorico, la ironia goza de su critica satisfaccion con infinita libertad, asi tambien en sentido practico goza de una semejante libertad divina, una libertad que no conoce ataduras ni cadenas, sino que juega desatada y desenvuelta, agitandose como un Leviatan en el mar. La ironia es libre, por cierto, libre con respecto a las preocupaciones de la realidad, pero tambien libre con respecto a sus satisfaciones, libre de su bendicion; dado que no hay nada superior a ella misma, de hecho, no puede recibir bendicion alguna, pues es siempre el menor el que es bendecido por el mayor.  Esa libertad es la que la ironia busca. Por eso vela por si misma, y a nada le teme tanto como ser desbordada por alguna que otra impresion; cuando se es asi de libre, en efecto, no se vive sino de manera poetica, y se sabe que la gran exigencia de la ironia consistia en vivir de manera poetica. En ese vivir de manera poetica, sin embargo, la ironia entendio algo mas, algo diferente de lo que esa expresion haria pensar a cualquier hombre razonable, respetuoso del valor del ser humano y dotado de sentido para lo que hay de originario en el hombre. No lo entendio como la seriedad artistica que viene en ayuda de aquello que hay de divino en el hombre, que oye en silencio y con calma la voz intima de la individualidad, que capta sus modulaciones para ponerla entonces a disposicion del individuo y para que la individualidad se desarrolle de manera armonica en una figura plastica y cabal.
La ironia no solo protestaba contra toda la miseria, que no es otra cosa que el lamentable producto de su entorno, contra todos esos hombres mediocres de los que tan lleno esta el mundo, sino que buscaba algo mas. Pues una cosa es poetizarse uno mismo, y otra cosa dejarse poetizar. El cristiano se deja poetizar, y en este sentido un simple xtiano vive de manera mucho mas poetica que muchas cabezas bien dotadas. Pero tambien aquel que en sentido griego se poetiza a si mismo reconoce que se le ha impuesto una tarea. Por eso le importa tanto llegar a ser consciente de lo que en el hay de originario, y esa originalidad es el limite dentro del cual poetiza, dentro del cual es poeticamente libre. De este modo la individualidad es un fin, es su fin absoluto, y su actividad apunta a realizar ese fin y a gozar de si mismo en y durante esa realizacion, es decir, que su actividad es llegar a ser para si aquello que es ensi. Pero asi como los mediocres no tienen ningun en si sino que podrian convertirse en lo que fuese, tampoco el ironista lo tuvo. Perono por ser un mero producto de su entorno, ya que, por el contrario se encuentra por encima de este, sino que para poder vivir de manera poetica, para poder eficazmente crearse a si mismo de manera poetica, el ironista no debia tener ningun en si. De este modo la ironia sucumbe a aquello contra lo que mas combate, pues el ironista alcanza una cierta similitud con respecto al hombre completamente prosaico, con la salvedad que el ironista tiene la negativa libertad de situarse por encima de si mismo de manera poeticamente creativa. De ahi que el ironista, por lo general, no llegue a nada, pues vale para el hombre lo que no vale para Dios, que de la nada, nada proviene. Pero el ironista conserva siempre su libertad poetica, y tambien poetiza el hecho de no llegar a nada tan pronto como se da cuenta de ello; este no llegar a nada en absoluto, como se sabe, es uno de los puestos y cargos poeticos que la ironia instaura en la vida, e incluso el mas distinguido de todos ellos. De ahi que " el bueno para nada" sea siempre el mas poetico de los personajes en la poesia de la escuela romantica, y aquello de lo que hablan a menudo los xtianos, llegar a ser un necio en el mundo, el ironista lo realizo a su modo, solo que para el no se trato de un martirio sino del mas elevado goce poetico. Pero la infinita libertad poetica, ya sugerida en el hecho de haber asumido ese no llegar a nada en absoluto, se expresa tambien de una manera mas positiva, puesto que por lo general el individuo ironico ha recorrido una multiplicidad de determinaciones bajo la forma de la posibilidad, ha llevado una vida poeticamente conforme a ellas antes de acabar en nada. Asi como el alma vaga por el mundo, segun la doctrina de Pitagoras, asi tambien esta siempre vagando en la ironia, solo que en este caso no le lleva tanto tiempo. Pero por mas que salga perdiendo en lo que hace al tiempo, tal vez salga ganando en lo que hace a variedad de determinaciones. Para el ironista todo es posible. Nuestro Dios esta en los cielos y puede hacer cuanto quiere; el ironista esta en la tierra, y hace todo lo que tiene ganas de hacer. No debe extrañarnos que al ironista le cueste tanto convertirse en nada, pues cuando se tiene ante si unas posibilidades tan extremas no es facil elegir.Para variar el ironista considera que lo correcto es dejar que el destino y el acaso decidan. Pero lo que le lleva tiempo al ironista es el esmero que pone en vestirse  de la manera correcta de acuerdo con el personaje poetico que el mismo ha poetizado ser. El ironista es diestro en estos menesteres, tanto como que tiene una significativa partida de disfraces a su entera disposicion. A veces lleva la orgullosa traza de un patricio romano, envuelto en una tunica bordada, o se sienta con imponente y romana seriedad en una sella curulis; otras veces se oculta bajo el habito de un peregrino penitente; a veces se sienta con las piernas cruzadas, como un pacha turco en un haren; otras vagabundea de aqui para alla, ligero y libre cual un ave, como un citarista consentido. Esto es lo que el ironista quiere decir cuando sostiene que hay que vivir de manera poetica, esto lo que logra al poetizarse.
 Muchas veces se ha ensalzado a Shakespeare como el gran maestro de la ironia, y no cabe duda de que esto es cierto. Shakespeare, sin embargo, jamas permite que el contenido substancial se desvanezca en un sublimado cada vez mas volatil, y si su lirica a menudo culmina en locura, en esa locura hay, a su vez, un extraordinario grado de objetividad. Si Shakespeare se relaciona de manera ironica con la poesia, es justamente para permitir que prevalezca lo objetivo. Pues bien , la ironia esta presente en todas partes, homologa cada rasgo particular para que no haya demasiado ni demasiado poca, para que todo reciba el trato justo, para que pueda establecerse un verdadero equilibrio en las microscopicas circunstancias en el poema en el que gravita el poeta mismo.Cuanto mayores son los contrastes en juego, tanto mas ironia se requiere para controlar y dominar los espiritus en su pertinaz afluencia. Cuanta mas ironia hay, tanto mas libre y poeticamente flota el poeta por encima de su poesia. No es que la ironia, por tanto, este presente en un punto particular del poema, sino que es omnipresente en el, de manera que la ironia que se ve en el poema es tambien ironia dominada. Asi la ironia libera al poema y al mismo tiempo libera al poeta. Claro que, para que esto suceda, el poeta mismo debe dominar la ironia. Pero esto no implica que un poeta que ha logrado dominar la ironia en el momento de la produccion pueda siempre dominarla en la realidad a la que pertenece. Por lo general, suele decirse que la vida personal del poeta no le incumbe a nadie. Esto es totalmente cierto; pero en el contexto del presente analisis es oportuno que recordemos la disrelacion que puede llegar a darse en este sentido.
 A esto se suma que dicha disrelacion cobra cada vez mayor importancia en la medida en que el poeta no permanece en la posicion inmediata de la genialidad. A medida que se aleja de ella, tanto mas necesita el poeta poseer una perspectiva de conjunto respecto del mundo y dominar asi la ironia en su existencia individual, tanto mas necesita ser, hasta cierto punto un filosofo.Cuando este es el caso,la composicion poetica particular no esta en una relacion meramente externa con el poeta, sino que este considera el poema particular como un momento de su propia evolucion. Lo que hizo que Goethe tuviera una existencia tan plena como poeta fue el hecho de haber puesto su existencia de poeta en consonancia con su realidad. Para esto tambien se requiere ironia, por cierto, pero notemos que se trata de una ironia dominada. Para el romantico, o bien la composicion poetica particular es una criatura mimada que lo enajena por completo, sin que el mismo entienda como hizo para engrendrarla, o bien es un objeto de disgusto. Claro que las dos cosas son falsas; lo cierto es que la composicion particular es un momento. En Goethe, la ironia en sentido estricto era un momento dominado, un espiritu al servicio del poeta.Por un lado el poema particular se remata en funcion de la ironia; por el otro, la poesia particular aparece como momento, y de ese modo toda la existencia del poeta se remata en funcion de la ironia.
 Pero lo que vale para la existencia del poeta vale tambien, hasta cierto punto, para la vida de cada individuo particular. Lo que hace que el poeta viva de manera poetica, en efecto, no es el hecho de crear una obra poetica, pues de no poseer una relacion intima y consciente con ellla, su vida careceria de la infinitud interior que es condicion absoluta para vivir de manera poetica( asi vemos tambien que la poesia encuentra a menudo espacio entre los individuos desafortunados, y que la dolorosa aniquilacion del poeta es condicion de la produccion poetica), sino que solo vive de manera poetica cuando el mismo esta orientado y situado en relacion con la epoca en que vive, cuando es positivamente libre en relacion con la realidad a la que pertenece. Claro que, entonces, cualquier otro individuo puede vivir de manera poetica. En cambio, el raro don y la divina fortuna de lograr que lo poeticamente vivido se configure de manera poetica sigue siendo, naturalmente, la envidiable gracia concedida a los elegidos.
 Que de este modo la ironia haya sido dominada, que se haya interrumpido la salvaje infinitud de su devorador avance, no implica de ninguna manera que pierda su significacion o que se renuncie a ella por completo. Por el contrario, solo cuando el individuo esta correctamente situado, y eso es lo que pone limite a la ironia, solo entonces la ironia cobra su legitima significacion, su verdadera vigencia. En nuestros dias se habla de la importancia de la duda para la ciencia; pero aquello que la duda es para la ciencia , la ironia lo es para la vida personal. Asi como los hombres de ciencia afirman que la ciencia verdadera no es posible sin la duda, asi tambien y con el mismo derecho podriamos afirmar que la vida genuinamente humana no es posible sin la ironia. Solo cuando se la domina, por tanto, la ironia emprende el movimiento opuesto a aquel en el que se manifiesta la vida de la ironia no dominada. La ironia limita, finitiza, restringe, y de esa manera proporciona verdad, realidad , contenido; la ironia disciplina, amonesta, y de esa manera proporciona solidez y consistencia. La ironia es un celador temido solo por el que no lo conoce, pero amado por el que lo conoce. Aquel que no entiende nada de ironia, aquel que no tiene oidos para sus susurros, carece, por eso mismo, de lo que podriamos llamar el comienzo absoluto de la vida personal, carece de aquello que  es a veces imprescindible para la vida personal, carece de ese baño renovador y rejuvenecedor, de ese bautismo purificador de la ironia que redime al alma de su vida en lo finito, por mas que esa vida sea intensa y vigorosa; no sabe cuan refrescante y reconfortante es, cuando el aire se torna demasiado opresivo, desvestirse y lanzarse al mar de la ironia, no para permanecer en el, naturalmente, sino para volver a vestirse indemne, ligero y satisfecho.
 Cuando a veces oimos que alguien se da infulas hablando de la ironia y de la aspiracion infinita que la pone en marcha, es muy posible que le demos la razon; alguien asi, sin embargo no esta por encima sino por debajo de la ironia tan pronto como desconoce la infinitud que la mueve. Asi ocurre siempre que se pasa por alto la dialectica de la vida. Se requiere coraje para no ceder a los sagaces o compasivos consejos de la desesperacion cuando esta propone que uno mismo se sustraiga al numero de los vivientes; pero eso no implica que cualquier almacenista, alimentado y nutrido por su propia autocomplacencia, tenga mas coraje que aquel que cede a la desesperacion. Se requiere coraje para no dejarse fascinar por la pena, para no dejar que esta le enseñe a uno a transformar toda alegria en tristeza, todo anhelo en nostalgia, toda esperanza en recuerdo; se requiere coraje para mantener la alegria; pero eso no implica que cualquier parvulo mal envejecido, con su insulsa sonrisa y sus ojos ebrios de alegria, tenga mas coraje que aquel que se rinde a la pena y olvida casi sonreir. Asi tambien ocurre con la ironia. Si es preciso alertar contra la ironia como se alerta contra un seductor, tambien es preciso ensalzarla en cuanto que guia. Y justamente en nuestros dias es preciso ensalzarla. El resultado alcanzado por la ciencia en nuestros dias es tan prodigioso que hay algo que no cuadra; el discernimiento de los secretos del genero humano como de la divinidad se pone a la venta a precios tan bajos que resulta sospechoso. La satisfacion frente al resultado obtenido ha hecho que nuestra epoca olvide que un resultado carece de todo valor cuando no se lo ha ganado. Mas! ay de aquel que no tolera que la ironia arregle las cuentas! Como lo negativo, la ironia es el camino; no la verdad, sino el camino. Quien tiene un resultado como ese, no lo posee, puesto que no tiene el camino. Cuando la ironia interviene indica el camino; no el camino a traves del cual alguien, creyendo tener el resultado, llegaria a poseerlo, sino el camino por el cual el resultado se le sustrae. A eso se le suma que la tarea de nuestra epoca parece ser la de trasladar los resultados de la ciencia a la vida personal, apropiarselos a titulo personal. Asi cuando la ciencia enseña que la realidad tiene validez absoluta, lo que verdaderamente importa es que llegue a tener validez; es innegable, sin embargo. que seria bastante ridiculo que alguien, tras haber aprendido en su juventud y acaso enseñado a otros que la realidad tenia validez absoluta, envejeciera y muriera sin que la realidad hubiese llegado a tener otra validez que la del saber que el mismo habia proclamado a hora y a deshora: que la realidad tenia validez absoluta.  Cuando la ciencia mediatiza todas las oposiciones, el asunto es que esa validez plena salga verdaderamente a la luz. Hay en nuestra epoca,por el contrario, un inmenso entusiasmo, y lo curioso es que aquello que la entusiasma parece ser inmensamente poco.! Cuanto beneficio aportaria la ironia! Hay una cierta impaciencia, un querer cosechar antes de haber sembrado:! que la ironia la corrija!...una vez que la ironia ha sido dominada, su funcion es de extrema importancia para que la vida personal obtenga salud y verdad.
 La ironia como momento dominado se muestra en su verdad precisamente cuando enseña a realizar la realidad, cuando coloca el debido acento sobre la realidad. Esto no significa en modo alguno que uno llegue a divinizarla, o a negar que hay o que deberia haber en todo ser humano el anhelo de algo superior y mas perfecto.Pero ese anhelo no debe socabar la realidad; por el contrario, el contenido de la vida debe llegar a ser un momento verdadero y significativo dentro de la realidad superior cuya plenitud desea el alma. Asi es como la realidad alcanza su validez, y no a la manera de purgatorio; pues el alma no debe purificarse escapandose de la vida, como si dijeramos, totalmente despojada y desnuda, sino como la historia en la que va cumpliendose paulatinamente la vida de la conciencia, de modo tal que la felicidad, lejos de consistir en olvidarse de todo, cobra presencia en ella. Es decir que la realidad no ha de ser descartada, y que el anhelo ha de ser un sano amor, y no un tibio y consentido huir del mundo a hurtadillas. Tal vez sea cierto que el romanticismo anhela algo superior, pero ese anhelo enfermizo no es sino un intento de alcanzar la perfeccion antes de tiempo. Antes bien,el obrar no debe degenerar en una suerte de necia infatigabilidad, sino que debe poseer una aprioridad que le impida perderse en una infinitud sin contenido.
 La pregunta acerca de la validez eterna de la ironia solo puede ser hallar respuesta cuando se entra en el ambito humoristico. El humor comporta un escepticismo mucho mas profundo que el de la ironia, pues en ese caso no se trata ya de la finitud, sino de la pecaminosidad; el escepticismo del humor se relaciona con el de la ironia de la misma manera que la ignorancia se relaciona con la antigua sentencia: creo porque es absurdo; pero comporta asimismo una positividad mucho mas profunda, pues las determinaciones con las que se maneja no son humanas sino teandricas; no le basta con convertir al hombre en hombre, sino que quiere convertir al hombre en Dios-hombre.

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